BRÚJULAS QUE BUSCAN SONRISAS PERDIDAS

Poco importa el nombre del protagonista cuando la historia es buena. Esto es lo que Albert Espinosa nos ofrece en Brújulas que buscan sonrisas perdidas, una historia preciosa narrada por su protagonista, cuyo nombre no recuerdo.

Cuando uno no tiene relación con su padre y tiene la capacidad de contratar una enfermera que le cuide, sobrellevar el alzheimer de este es más fácil de lo habitual. Sin embargo, es inevitable que llegue un momento en el que haya que afrontarlo directamente de una forma o de otra. Esa es la situación en la que nuestro protagonista ( de nombre desconocido ) se encuentra después de tantos años. Su padre no le reconoce y ni siquiera sabe que tiene dos hijas gemelas que no conocen a su abuelo. Es más, le confunde con un ayudante de cine  y está convencido de que tienen una película que grabar. Su hijo pondrá gran esfuerzo en cumplir sus deseos e inevitablemente irá recordando cosas que, aunque en ocasiones le puedan hacer sufrir, le sacan una sonrisa, pues ya ha aprendido que para olvidar todo tarde o temprano, es mejor quedarse con lo bueno de la vida.
Poco a poco os iréis sumergiendo en la historia de una vida que, aunque lo natural es que produjera lástima, conseguirá haceros sonreír.

Al igual que mi entrada anterior, esta es una novela que se aleja bastante de lo que estoy acostumbrado, pero aun así me encantó cuando la leí; además también me la dejó mi hermana. Así que, como siempre, os recomiendo que leáis este fantástico libro, porque en el fondo, por muchas opiniones que yo os de, la que realmente importa es la vuestra propia después de haber leído el libro. Y bueno, si decidís leerlo, acordaos de volver aquí con el nombre del protagonista, si es que lo descubrís... ;)

PD.: La verdad es que me ha quedado una recomendación un poco pobre. Pero es que no creo que este sea el tipo de libro que alguien deba describir, si no más bien de esos libros que se describen solos una vez los lees. Así que disculpandome por mi pobre entrada, os recomiendo una vez más que lo leáis. La verdad, es una oleada de positividad que uno no espera encontrarse.